La minoría árabe en Israel, entre el temor y la desesperanza por la reforma judicial
La minoría árabe de Israel teme llevarse la peor parte con la reforma judicial del gobierno de derecha dura de Benjamin Netanyahu, pero se mantiene en gran medida al margen del acalorado debate sobre este importante cambio legislativo.
Desde principios de año, cuando el actual gobierno de coalición, considerado el más derechista de la historia de Israel, anunció la controvertida reforma, miles de israelíes han salido a protestar a las calles semanalmente.
"El peor gobierno de la historia" es como lo califica Samira Kanaan Jalaylah, habitante de la ciudad árabe de Majd al-Krum (norte).
Palestina y ciudadana de Israel, forma parte del 20% de árabes con nacionalidad israelí. Esta mujer de 57 años, secretaria en un colegio, explica que su comunidad ya se encuentra de por sí "al margen" de la sociedad y la política israelíes, por las discriminaciones sociales y legales que sufren en tanto que árabes.
Los movimientos de la coalición - que incluye a líderes de la extrema derecha con un historial de retórica antiárabe- para restringir el control judicial de las decisiones gubernamentales y debilitar a los organismos de control será "muy malo para nosotros", afirma.
Los israelíes, opuestos a la agenda legislativa gubernamental, que ven como un amenaza a la democracia en su país, han protagonizado manifestaciones multitudinarias.
Pero la minoría árabe ha permanecido en gran medida ausente de las protestas generales, considerando alienantes la presencia masiva de banderas israelíes y el poco interés en las repercusiones que la reforma tendrá en su comunidad en particular.
Los líderes del movimiento de protesta, activistas y reservistas del ejército, no parecen dispuestos a abrazar mensajes relacionados con la difícil situación de la minoría árabe o de los palestinos por temor a que perjudique su causa a los ojos de la mayoría judía de Israel.
- 'Proyectos de asentamientos' -
En la ciudad norteña de Haifa, los manifestantes árabes se han manifestado en números relativamente pequeños con pancartas contra de la reforma legal y exigiendo derechos.
Yusef Yabarin, abogado y exdiputado en Israel, explica a la AFP que las propuestas podrían otorgar al gobierno "poderes autoritarios" que amenacen a los ciudadanos árabes y a sus representantes electos.
De la reforma ya se han aprobado partes, como la llamada cláusula de "razonabilidad", que limitará la capacidad de los tribunales para anular decisiones del gobierno consideradas "irrazonables".
En un contexto de multiplicación de planes para expandir los asentamientos de colonos en Jerusalén Este y Cisjordania, ambos ocupados por Israel desde 1967, "la extrema derecha quiere quitarse de en medio" las pocas objeciones "presentadas por el tribunal supremo" sobre la legalidad de esos proyectos, considera Yabarin.
Leah Tsemel, que representa a palestinos en los tribunales israelíes, recuerda que muchas sentencias no lograron proteger los derechos de esta minoría, incluso antes de la enmienda de "razonabilidad".
El tribunal suprema ha validado decisiones como la Ley del Estado Nación de 2018, que consagra el estatus principal de Israel como Estado para los judíos, la rebaja del árabe como idioma oficial o la entrega de propiedades en Jerusalén Este a colonos con escrituras que prueban la propiedad judía anterior, lo que ha supuesto el desalojo de residentes palestinos.
Pero al mismo tiempo, no reconoce los reclamos de propiedad de los palestinos sobre propiedades en el oeste de Jerusalén, lamenta Tsemel.
-Última "esperanza" perdida -
Estudios elaborados por grupos de derechos humanos han concluido que el sistema legal de Israel y sus políticas implican un estado de apartheid, algo que Israel niega.
El Centro Mossawa, basado en Haifa, ha alertado que el cambio judicial son empeorará "las violaciones de derechos de la minoría árabe" y acelerará la ocupación de los territorios palestinos.
Pese a importantes reservas que había sobre el sistema legal israelí, hasta ahora había cierta "esperanza en la sociedad palestina de que el tribunal interviniera en caso de decisiones no razonables por parte del gobierno", explica el director del Centro Mossawa, Yafar Farah.
Y aunque la erosión de los poderes del tribunal supremo "ahondarán la corrupción institucional", afectando al conjunto de los israelíes, tanto árabes como judíos, los primeros tienen todas las de perder debido a su mermada representación política.
Tan solo un partido árabe independiente logró ser parte de un gobierno de coalición en Israel en 2021-22.
X.Blaser--NZN