Radiografía de los peregrinos del Kumbh Mela en India, la multitudinaria fiesta hindú
Desde el asceta recluido hasta el estudiante piadoso, millones de fieles hindúes se reúnen desde el lunes en Prayagraj, en el norte de India, para participar en la gigantesca peregrinación Kumbh Mela.
Cerca de 400 millones de personas afluirán en las próximas seis semanas en la confluencia de tres ríos sagrados, incluido el Ganges, para participar en baños rituales masivos que, según la tradición hindú, lavan los pecados.
Presentamos aquí un perfil de algunos de los participantes en la mayor reunión religiosa del planeta.
- El estudiante piadoso -
Rishabh Kumar Singh, de 18 años, estudia ingeniería en inteligencia artificial en una universidad privada de Nueva Delhi.
Fingió estar enfermo para asistir al festival con el consentimiento de su madre.
"Es de ella de donde obtengo mi lado piadoso", explica. "Cuando era niño, me llevaba a todo tipo de ceremonias religiosas", señala.
El joven llegó al lugar en un tren nocturno, con ayuda económica de su padre.
Después de bañarse el lunes en las aguas sagradas, planea conocer a los sadhus (sabios) nagas, cuyos cuerpos están cubiertos de cenizas.
El estudiante prolongará su estancia para visitar otros dos lugares importantes del hinduismo, Varanasi (antes llamada Benarés) y Ayodhya, antes de volver a la universidad.
- El asceta recluido -
El sadhú Jogiraj Giri Phalhari Tyagi Naga Baba, con su túnica azafrán y un tridente en la mano, afirma que vivió durante 40 años solo, en una una cueva en medio de una reserva de tigres en el centro de India.
"Durante 14 años y siete meses, solo comí frutas y nada de cereales", cuenta este asceta de 63 años.
Cuenta que se quedará seis semanas en Prayagraj para "disfrutar de las festividades" y rendir "homenaje a los dioses".
El monje se instaló en el campamento de la orden monástica Juna Akhara, de la que forma parte desde hace un cuarto de siglo.
Impresionado por la organización, atribuye el mérito al primer ministro ultranacionalista hindú Narendra Modi.
"Bajo su liderazgo, India se está convirtiendo en un país donde se respeta nuestra antigua cultura", celebra. "Nuestra gloria civilizacional está siendo restaurada".
- El peregrino que ha vuelto -
Shyamlal Shrivastava, de 40 años y originario de Madhya Pradesh, en el centro del país, participó en la Kumbh Mela en 2012.
Pero un drama cambió su vida dos años después. El agente inmobiliario perdió su pierna izquierda al resbalarse mientras trataba de subir a un tren.
Recorrer largas distancias en un terreno fangoso con su andador le supondrá un verdadero desafío. Pero no se irá sin haberse bañado en las aguas sagradas de la ciudad.
A pesar de su accidente, su fe sigue intacta, convencido de que "Dios nunca puede hacer nada malo". "Si me enojo con el Todopoderoso, no tendré nada a qué aferrarme", dice.
- La profesora de ciencias -
Meenakshi Gautam, una profesora de ciencias del estado de Rajastán, en el oeste del país, está muy entusiasmada con la idea de bañarse en el río. "El objetivo de mi vida se habrá alcanzado", asegura.
Tras visitar la mayoría de los sitios más sagrados del hinduismo, esta mujer de 38 años, acompañada por su esposo, estaba determinada a asistir a la Kumbh Mela.
"Está en el centro de la atención mundial en este momento" y es "aún más grande de lo que había imaginado", afirma.
La pareja tiene previsto estar cuatro días en Prayagraj y "hacer un recorrido por los templos después del baño".
- La ama de casa -
Chandana Sarkar, de 56 años, es ama de casa en el estado de Bengala Occidental, en el este del país. Cuenta que planeó el viaje hace dos meses con sus amigas.
"Mi esposo está en casa", explica con una amplia sonrisa. La multitud inmensa no la intimida, aunque no habla hindi, el idioma más hablado en el norte de India.
"Nos encanta", exclama, encantada como sus amigas por esta "hermosa experiencia".
Incluso el baño sagrado en las aguas heladas fue menos difícil de lo que esperaba. "Pensé que tendría mucho frío (...) pero una vez dentro, ni siquiera se siente".
J.Hasler--NZN