El Cervantes Theatre de Londres alimenta entre los británicos el gusto por el español
"Ese Lorca está más loco que una cabra", dice la actriz en español y los adolescentes británicos llenan con sus risas el Cervantes Theatre de Londres, que con su programación bilingüe promueve la lengua extranjera predilecta de los jóvenes ingleses.
Federico García Lorca "es uno de los autores españoles más apreciados aquí en el Reino Unido", dice a la AFP Paula Paz, directora artística del teatro, que cofundó en 2016 con el actor y director Jorge de Juan.
Levantado de la nada en el local de un antiguo garaje entre las arcadas de un viaducto del ferrocarril, abrió con "Bodas de sangre" y uno de sus momentos fuertes de la temporada son las siete semanas que representan "La casa de Bernarda Alba" a partir del 20 de febrero.
Pero el poeta y dramaturgo granadino no es el único que habita este íntimo espacio de apenas 80 butacas en el barrio de Southwark, al sur del Támesis.
Representan a otros maestros como Lope de Vega, pero también a clásicos menos conocidos y a nuevos creadores para dar a conocer en Londres, gran capital europea del teatro, las últimas tendencias en la escena española y latinoamericana.
Por sus tablas han pasado desde "La casa de los espíritus" de la chilena Isabel Allende hasta "La realidad" de la argentina Denis Despeyroux. Para llegar a un amplio público, alternan representaciones en español y en inglés.
Pero también han escenificado obras que mezclan ambos idiomas. Fue el caso en 2016 de "El juez de los divorcios", cóctel de entremeses de Cervantes y monólogos de Shakespeare.
Y el pasado septiembre con la zarzuela "Black el payaso", una compleja producción propia a partir de la opereta de 1942 de Pablo Sorozábal, con texto en inglés y canciones en español, todo traducido mediante subtítulos digitales.
Pese a la coincidencia de nombre, el teatro es totalmente independiente del Instituto Cervantes, del que reciben una pequeña subvención, como de otros organismos públicos españoles y ingleses, para cuadrar unas cuentas "muy complicadas", admite su directora.
- "Reconocimiento" y "exotismo" -
En diciembre divierten al público con el "Retablillo de Don Cristóbal", obra poco conocida de Lorca para actores y títeres que hace las delicias de una docena de estudiantes venidos desde la Haberdashers' School de Elstree, al noroeste de Londres.
"Es una buena manera de practicar el idioma, porque he visto películas en español pero esta es la primera obra y tienes que concentrarte en las palabras", dice Zack Fecher, de 17 años, que lleva cinco estudiando español.
Ana Zamora, directora de la compañía Nao d'amores, especializada en reconstituir obras perdidas e invitada desde España para presentar este espectáculo, considera que "no hay que adornar los textos para facilitarle al público extranjero que lleguen a ellos".
"Porque hay un espacio de reconocimiento", en este caso el parentesco entre el títere de cachiporra Don Cristóbal y el tradicional Mr Punch inglés, "y al mismo tiempo un espacio de exotismo que provoca fascinación".
- Idioma extranjero más cursado -
Para Paz es precisamente esta "exigencia de calidad" la que proporciona al Cervantes Theatre su "público asiduo" que se divide entre "el espectador al que le gusta el teatro alternativo y se arriesga, los apasionados por la cultura hispana y los estudiantes de español".
Estos últimos son cada vez más numerosos en Inglaterra, donde el español pasó a ser en 2019 el idioma extranjero más cursado por estudiantes de bachillerato, según el informe Language Trends del British Council.
En 2021 hubo 8.433 examinados de español en las pruebas finales de bachillerato frente a 7.671 de francés, idioma que desde 2005 retrocede junto al alemán entre los adolescentes aunque sigue siendo el más enseñado en las escuelas primarias.
Zack y sus compañeros viajaron hora y media hasta el teatro, pero otros grupos lo hacen desde Liverpool o Bruselas, en Bélgica, porque "no hay oferta como esta en Europa", dice Paz.
Rodeado por gradas a tres bandas, su pequeño escenario impone una estrecha comunión con el espectador, que casi puede tocar a los actores, estremeciéndose con sus emociones.
"Es un espacio mágico, con una atmósfera muy especial", reconoce Eduardo Mayo, que interpreta al poeta e imprime a Don Cristóbal la voz "de bicho", distorsionada por una lengüeta, que había soñado el autor.
"Estudiaremos el teatro de Lorca el año que viene pero este es un buen modo de empezar", afirma Zack con una gran sonrisa.
S.Scheidegger--NZN