La batalla de Ed Sheeran por plagio podría avivar paranoia de los compositores
El fenómeno británico del pop Ed Sheeran se prepara para una gira y el lanzamiento de un álbum en medio de sus visitas al tribunal federal de Manhattan, donde se defiende de las acusaciones de plagio por uno de sus grandes éxitos, "Thinking Out Loud".
Un jurado tendrá que determinar si el artista plagió el clásico del soul "Let's Get It On", lanzado por la leyenda estadounidense Marvin Gaye en 1973, al componer su éxito de 2014.
Los herederos de Ed Townsend, coautor del éxito de Gaye, presentaron la demanda civil alegando "sorprendentes similitudes y evidentes elementos comunes" entre las dos canciones.
Es el último de varios casos sonados sobre derechos de autor que tienen en vilo a la industria musical y que hacen que muchos compositores se sientan paranoicos sobre sus propios procesos creativos y su vulnerabilidad ante los litigios.
Sheeran, de 32 años, ha pasado días declarando con guitarra en mano, tratando de demostrar al jurado que la progresión de acordes 1-3-4-5 en cuestión es un elemento básico de la música pop que no pertenece a nadie.
Su equipo legal argumenta que Gaye y Townsend no fueron ni cerca los primeros en componer una canción con estos acordes, y citaron varias canciones de Van Morrison que utilizan esa secuencia y se publicaron antes que "Let's Get It On".
Lo mismo piensa el musicólogo Joe Bennett. "El mundo en el que quiero vivir es uno en el que nadie demande a nadie por una similitud melódica o armónica de uno o dos compases, porque esas similitudes pueden darse fácilmente por coincidencia", declaró a la AFP el profesor del Berklee College of Music de Massachusetts, quien asegura que "no deberían estar protegidos por el copyright".
El caso se basa en la composición de las canciones y no en las versiones grabadas. En teoría, esta especificidad podría ayudar a Sheeran, pero cuando es un jurado sin formación musical el que decide, cualquier cosa puede pasar.
- "Efecto paralizante" -
Ha habido varios casos emblemáticos de derechos de autor musicales en los últimos años. Entre ellos, el de 2016, cuando la familia de Gaye -que no forma parte de la demanda de Nueva York contra Sheeran- demandó con éxito a los artistas Robin Thicke y Pharrell Williams por las similitudes entre la canción "Blurred Lines" y "Got to Give it Up", de Gaye.
El resultado sorprendió a muchos en la industria, entre ellos expertos jurídicos, que consideraron que muchos de los componentes musicales fundacionales son, en gran medida, parte del dominio público.
Poco después, una decisión de un tribunal de apelación confirmó la victoria de Led Zeppelin en un caso similar centrado en el clásico "Stairway to Heaven": una bendición para los compositores.
"Una de las razones por las que el caso de Ed Sheeran puede ser realmente importante para la industria es porque mostraría claramente si el péndulo ha vuelto realmente al otro lado, o si simplemente estamos yendo y viniendo", dice Joseph Fishman, profesor de Derecho especializado en propiedad intelectual de la Universidad de Vanderbilt.
"Si va y viene, puede tener un efecto paralizante para los compositores, porque nunca sabes si vas a ser el próximo".
Una infracción involuntaria es una defensa débil: en 1976, George Harrison fue declarado responsable de plagiar "inconscientemente" "He's So Fine", de los Chiffons, para su primer éxito en solitario "My Sweet Lord".
En sus memorias, Harrison escribió más tarde que sufría "paranoia cuando escribía".
Esta semana Sheeran declaró ante el tribunal que sus compañeros compositores le han dicho: "Tienes que ganar esto por nosotros", antes de agregar en tono de exasperación que si la herencia Townsend prevalece, "estoy acabado".
"Me parece realmente insultante trabajar toda mi vida... y que alguien venga a decirme que lo he robado", dijo Sheeran en el estrado el lunes.
W.O.Ludwig--NZN