Kiko Navarro, exentrenador de Alcaraz: "París era nuestro sueño"
"Sabes que París siempre ha sido nuestro sueño", le dijo al oído tras darle un beso Kiko Navarro a Carlos Alcaraz hace dos semanas cuando se despidieron. Fue el entrenador que le dirigió entre los 9 y los 17 años, cuando continuó su ascenso hacia la cima solo con Juan Carlos Ferrero.
Navarro, de 38 años, sigue dando clases de tenis en el club de El Palmar, en Murcia, al sureste de España, donde nació y se crió el fenómeno de 20 años.
Coincidió con el que fuera su pupilo en el gimnasio, antes de que volara hacia Roland Garros, donde el viernes disputa la 'supersemifinal' ante Novak Djokovic.
"Lo veré aquí en casa", dice por teléfono a la AFP. "Salvo que mañana de manera improvisada salga para allá...", añade con ganas de aventura.
Navarro ve a su chico levantando el título en París el domingo: "Hice una apuesta con su padre de que ganaba Barcelona, Madrid y Roland Garros, ya llevo dos de tres. Ganará a Djokovic salvo que pase algo raro, pero llega muy bien físicamente así que no creo que se lesione".
- ¿Cómo jugaba de niño? -
"Si pones un vídeo de niño verás que juega como ahora. Era un prodigio técnicamente, en este sentido su evolución no ha sido espectacular... La derecha, la dejada o la volea son innatas, las dejadas también las hacía de pequeño. Ha mejorado el servicio y el revés le costaba un poquito. Puntualmente, aunque fue solo unos días, pensamos en cambiarlo a una mano... Su evolución ha sido física: Teníamos miedo de que se quedara pequeño pero ha cogido una estatura buena y está como una bestia".
- 'Ha roto bastantes raquetas' -
"A los 10 años era un chico muy inocente, cercano, sin maldad ni dentro ni fuera de la pista, muy alegre. Pero no le gustaba perder a nada, era muy competitivo. Conmigo ha roto bastantes raquetas, salía llorando de la pista y tenía que dejar que se relajara antes de charlar con él. Tenía muy mal perder, quería ganar también al pádel, al parchís y a las cartas. Pero para ser un número 1 tienes que ser así".
- Adolescencia y éxito -
"La clave fue que con 13 o 14 años se dio cuenta de que esto iba muy en serio. Tenía un juego alegre, vistoso, allí donde íbamos éramos el centro de atención, tanto en España como en Europa. Ya era muy conocido, estaba batiendo récords de Rafa Nadal... Así que tuvimos que trabajar mucho la cabeza, la motivación y la humildad".
"Sabía que por su manera de ser y por su tenis iba a llegar a la gente, incluso más que Rafa, que es más serio. Carlitos transmite más alegría. En las muchísimas horas que pasamos en el coche o en el avión, siempre le daba charlas para que siguiera teniendo los pies en el suelo. Y me siento muy orgulloso. Sabe de dónde viene, sus orígenes y quién es su gente. No es fácil convertirte tan rápido en una estrella mundial".
F.E.Ackermann--NZN