Jacky Ickx se considera un superviviente del automovilismo de su época
Jacky Ickx, seis veces vencedor de las 24 Horas de Le Mans entre 1969 y 1982, valora haber sobrevivido a los peligros del automovilismo de su época más por suerte que por talento, antes de que este fin de semana tenga lugar la emblemática prueba francesa.
El piloto belga, que tiene 78 años en la actualidad, también ganó ocho Grandes Premios de Fórmula 1 entre 1968 y 1972 y el París-Dakar en 1983. Es considerado como uno de los pilotos más eclécticos de la historia del automovilismo.
"El milagro es ser un superviviente de esa época. Y eso no es cuestión de talento, es cuestión de suerte", afirma a la AFP el piloto, que nunca resultó herido de gravedad durante su carrera.
Su nombre forma parte de la historia de las 24 Horas no solamente por sus seis victorias en Le Mans, número sólo superado por el danés Tom Kristensen con nueve, sino por su decisión en 1969 de ir andando hacia su monoplaza aparcado en diagonal al otro lado de la pista en lugar de ir corriendo, como todos los otros pilotos. Su actuación puso fin a la tradicional "largada de Le Mans" en el arranque de la salida.
"Siempre me dicen que cambié la salida de Le Mans. No, yo no cambié nada. Atraje la atención sobre el hecho de que arrancar en la línea recta de Hunaudières sin estar bien abrochado", estima el piloto. "Quien cambió la salida fue John Woolfe que se mató en la primera vuelta (en 1969). Eso cambió la salida hacia una salida lanzada".
"Es cierto que hacía falta valor para hacer lo que hice pero era parte de la evolución", afirma hoy.
A pesar de que esa decisión le hizo salir el último, Ickx obtuvo aquel año su primera victoria al volante del legendario Ford GT40.
- "Hay que atreverse" -
En 1977 volvió a protagonizar una increíble remontada, esta vez en Porsche, tras una salida desde la parte de atrás de la parrilla y problemas mecánicos a las tres horas de carrera. A lo largo de una noche de locura, el belga logró adelantar a toda la competencia para acabar primero.
"Hay que soñar, hay que atreverse, no hay que rendirse nunca. Es la demostración de que no hay que renunciar nunca", valora el belga.
Pero Jacky Ickx no siente nostalgia por sus logros ni por las 24 Horas de su época. Tampoco lamenta la desaparición de la línea recta de Hunaudières, con una longitud de seis kilómetros antes de ser entrecortada a partir de 1990 con dos chicanes.
"Era lógico" dividirla, valora. "Si la organización llega a 100 ediciones este año es porque tuvieron la capacidad de cuestionarse a sí mismos".
En 1988, un coche, la WM Peugeot, alcanzó los 407 km/h y varios pilotos murieron en aquella parte del circuito los años previos.
P.Gashi--NZN