Teqball, "una forma pura y bella de fútbol", invade playa de Copacabana
Acostumbrada a albergar partidas aficionadas de voleibol o fútbol, además de recibir a miles de bañistas, la emblemática playa de Copacabana dio paso el domingo a un deporte joven y de rápido crecimiento: el teqball, una mezcla de balompié y tenis de mesa.
Doce hombres y mujeres batallaron al frente del hotel Copacabana Palace, uno de los íconos de Rio de Janeiro, por los trofeos de la primera gran competición de teqball realizada en Latinoamérica.
Decenas de asistentes observaron, desde gradas o parados en la arena, las tres finales del tour internacional de esta modalidad creada en Hungría en 2012 y que aspira a convertirse en deporte olímpico, aprovechando las incursiones en las Olimpiadas de disciplinas no tradicionales como "break dance", skate o surf.
"Teqball es una forma pura y bella de fútbol. No tiene contacto físico, así que no hay lesiones ni simulaciones. Hay más acción. Por las redes sociales y los nuevos contenidos los límites han cambiado, la gente quiere jugadas rápidas y emociones a cada segundo", dijo a la AFP Viktor Huszár, presidente de la Federación Internacional de Teqball (Fiteq).
Huszár inventó la modalidad junto al exfutbolista Gábor Borsányi y el empresario György Gattyán como pasatiempo para cuando se aburrían de jugar balompié tradicional.
- Conquistando estrellas -
Rápidamente le dieron forma a una disciplina próxima a disputar su quinto campeonato mundial, que se celebrará en Bangkok entre noviembre y diciembre.
Ya cuenta con más de diez millones de seguidores, entre 10.000 y 15.000 atletas que participan en competiciones locales o internacionales (20-25% son mujeres) y más de 140 federaciones nacionales en todo el mundo, según Fiteq.
El teqball se juega en una mesa curva y combina elementos de fútbol y ping-pong. Los jugadores, solos o por parejas, intercambian pases sin usar los brazos.
Los jugadores no pueden tocar la pelota dos veces con la misma parte del cuerpo, sea para hacer un pase o para pasar la red. Gana el mejor de tres sets, cada uno otorgado al primero en hacer 12 puntos.
"Es un deporte muy democrático. Teniendo la mesa, cualquiera puede jugar, en cualquier sitio. Y requiere mucha habilidad, lo que ha conquistado a muchos futbolistas", dijo al diario O Globo la brasileña Natalia Guitler, campeona mundial en dobles mixtos en 2019 y dobles femeninos en 2021.
La también jugadora profesional de futvóley conoció la modalidad en la casa del exastro brasileño Ronaldinho Gaúcho, vencedor con la 'Seleção' de la Copa del Mundo de fútbol de 2002.
Estrellas como Lionel Messi y Neymar lo practican en su tiempo libre o durante los entrenamientos de sus clubes y selecciones, impulsando su popularidad.
- Diferentes estilos -
Aunque completa poco más de una década de historia, el teqball ya ha desarrollado diferentes estilos.
Los europeos, cuenta Huszár, aprovechan su estatura para hacer "smashings", un golpe seco y fuerte a la bola, difícil de contrarrestar para los rivales, mientras que los asiáticos suelen hacer movimientos acrobáticos aprovechando sus conocimientos en especialidades similares, como el sepak takraw.
Más técnicos en el manejo del balón, los sudamericanos utilizan golpes de cabeza y pecho, elementos muy usados en el futvóley.
Brasil parte como el más avanzado de Latinoamérica. Sus representantes han ganado varios títulos en los mundiales, que se realizan desde 2017.
"Los brasileños tienen un gran arraigo por el deporte. La comunidad brasileña de fútbol es muy fuerte, incluyendo el futvóley y el fútbol playa", apunta el presidente de Fiteq.
En el torneo carioca, donde participaron 117 atletas de 17 países desde el jueves, los locales se llevaron el oro con la dupla femenina formada por Vania Moraes da Cruz y Ester Viana Mendes.
Los húngaros Krisztina Acs y Csaba Banyik ganaron en dobles mixtos y los serbios Bogdan Marojevic y Nikola Mitro en parejas masculinas.
F.Schneider--NZN