Djokovic somete a Dimitrov y canta los 40 Masters 1000 en París-Bercy
Sin el sufrimiento de las rondas anteriores, la leyenda Novak Djokovic sometió al búlgaro Grigor Dimitrov (17º), 6-4 y 6-3, este domingo para llevar a siete su récord de títulos en el torneo de París-Bercy, ampliando a 40 trofeos su marca sin precedentes en la categoría Masters 1000.
El serbio de 36 años extiende a 18 su racha actual de triunfos, implacable desde que perdiera ante Carlos Alcaraz en la mítica final de Wimbledon. Desde entonces, trofeos en Cincinnati, US Open -su histórico 24º Grand Slam- y este domingo en la pista cubierta a orillas del Sena.
- "Una relación especial" -
Djokovic, ganador de otros dos Grand Slams este año -Australia y Roland Garros-, da un paso de gigante para ser el primer jugador que supera las 400 semanas en la primera plaza mundial y para acabar 2023 en el puesto de honor por octava vez en su carrera.
Dimitrov, conocido como 'Baby Federer', ilustre miembro del club de los elegidos que se quedó por el camino, había renacido en la capital francesa, pero no culminó su gran semana.
Su último título seguirá siendo el Masters que ganó en 2017, su gran año, cuando alcanzó y ganó su hasta este domingo única final de un Masters 1000, Cincinnati, batiendo a Nick Kyrgios en la final.
Se despidió de Bercy entre lágrimas, coreado por el público, sin tener ni siquiera una bola de rotura ante un Djokovic que cerró el triunfo en una hora y 38 minutos.
"Muchas gracias, son el mejor público del mundo", bromeó en francés el número 1, en referencia a los ánimos que recibieron sus rivales esta semana. "La relación ha sido, podemos decir, especial, pero gracias de todos modos. Por esta energía que se creó yo estoy aquí", añadió en la entrega de trofeos.
"Solo quiero decir que me estoy quedando sin palabras para Novak. Estoy agradecido por esta semana, los últimos tres meses han sido una montaña rusa para mí", dijo Dimitrov.
- Un revés a la red y adiós -
Un revés del búlgaro no demasiado complicado que se fue a la red ofreció a Djokovic su primer 'break', en la única bola de rotura del primer set, destrozando el equilibrio existente hasta entonces (4-3) y permitiendo al serbio ganarlo sin complicaciones.
Fiel a la versión que ha mostrado esta semana en Bercy, donde volvía a jugar tras un mes y medio de pausa, lastrado por un virus estomacal, el serbio estaba lejos del jugador intratable en otros torneos.
"Es increíble haber sido capaz de ganar con unas circunstancias complicadas para mí esta semana. Levanté tres partidos seguidos; jueves, viernes y sábado, en los que estuve muy cerca de perder, pero encontré la manera, es una victoria impresionante, estoy muy orgulloso", dijo.
Dimitrov, que llegaba lanzado tras dejar por el camino a Daniil Medvedev (3º) y Stefanos Tsitsipas (6º), se vio atenazado por la altura de la cita, vulnerable cuando el número 1 buscaba su estético revés a una mano.
Con un Djokovic solvente pero sin florituras y un Dimitrov al que definitivamente habían abandonado las musas, el resultado era evidente.
El serbio, que acumulaba tres batallas de casi tres horas consecutivas para delirio del Accor Arena, esta vez no necesitó pisar el acelerador.
Los 15.000 espectadores del recinto parisino se volcaban con Dimitrov, en busca de un duelo épico que contar, mientras Djokovic entretenía el juego de los días precedentes, pidiendo más ruido y gritos en su contra.
El búlgaro de 32 años intentó cambiar la dinámica pasando por los vestuarios tras el primer set, pero el serbio no tenía tiempo que perder. En la segunda manga la rotura cayó incluso antes, con 2-2, de nuevo con la primera bola que tuvo.
La tarde no tuvo mucho más historia. Como casi siempre Djokovic levantó los brazos -97 títulos ATP- y a Dimitrov solo le quedó tapar su cara con la toalla.
O.Krasniqi--NZN