"Nadie ha logrado destruirnos", el mensaje del Shakhtar Donetsk lejos de su casa
"Demostrar que Ucrania sigue viva y nadie ha logrado destruirnos": para el Shakhtar Donetsk, el duelo de Champions contra el Barcelona el martes es más que un partido de fútbol.
El Shakhtar, después de hacerlo en Varsovia la pasada temporada, tiene que jugar ahora en Hamburgo sus partidos europeos 'en casa' en el Volksparkstadion con 51.500 localidades.
Al día siguiente de la noticia y de la puesta en venta de las entradas a mediados de agosto, se vendieron más de 10.000 localidades para los tres partidos de la fase de grupos sin siquiera conocerse quienes serían los rivales del campeón de Ucrania. Esta cifra subió hasta los 37.500 billetes para los tres partidos.
Frente al Barça, el Shakhtar, que perdió hace dos semanas 2-1 en la capital catalana, no es favorito, pero esto es casi secundario.
"Para nosotros es importante mostrar a todo el mundo que Ucrania sigue viva y que nadie ha logrado destruirla", explica a AFP el director general del Shakhtar Donetsk, Sergei Palkin.
Tras el inicio de la guerra en el Donbás y el control de la región en el este de Ucrania por parte de milicias pro-rusas, el Shakhtar tuvo que dejar su Donbass Arena, inaugurado en 2009 y que había acogido la Eurocopa-2012.
- "Un mensaje a toda Europa" -
Y el 24 de febrero de 2022, Rusia desencadenó una guerra sobre todo el territorio ucraniano. "Cuando empezó la guerra, nadie pensaba en jugar al fútbol, la mayor preocupación era sobrevivir", recuerda Palkin.
El club ayudó a los jugadores extranjeros a abandonar Ucrania y abrió sus instalaciones para proteger a los habitantes del este del país que huían de los bombardeos.
"Después de eso empezamos a pensar en cómo volver a jugar de nuevo", explica el dirigente, añadiendo que "nuestro objetivo era enviar un mensaje a toda Europa".
Acogido por el Legia Varsovia para sus partidos europeos de la temporada 2022-2023, el Shakhtar tuvo que buscar otro lugar para la actual campaña, ya que el equipo polaco se clasificó para la Europa League.
El club ucraniano miró hacia Alemania, país que recibió a un millón de refugiados ucranianos desde el inicio de la guerra. Equipo de la 2ª división alemana por séptima temporada, Hamburgo tenía su estadio a disposición.
El HSV, vencedor de la Copa de Europa en 1983, no ha vuelto a jugar en la Liga de Campeones desde la temporada 2006-2007. "Analizamos la situación y decidimos ir a Alemania y Hamburgo. Contactamos con el club, que nos recibió muy bien", subrayó Palkin.
- "Volveremos" -
El estadio estaba casi lleno para el primer partido contra el Oporto con 46.700 espectadores. "Nos apoyaron para este partido contra el Oporto, sé que les encanta el fútbol aquí. Creo que tendremos el mismo apoyo contra el Barça", dice el centrocampista del Shakhtar Georgiy Sudakov, a AFP.
"Alemania apoya a Ucrania y Hamburgo apoya al Shakhtar. Sentimos el ambiente en el estadio, era estupendo. Sólo podemos estar agradecidos", destaca el defensa Taras Stepanenko.
De hecho, es en Alemania, en Leverkusen, donde la selección ucraniana se jugará su clasificación para la Eurocopa de 2024 contra Italia el 20 de noviembre.
Aunque el fútbol ofrece a aficionados y jugadores una escapatoria, la realidad de la guerra nunca está lejos. En septiembre, el portero Dmitro Riznyk perdió a su hermano Serhii en la explosión de una mina.
Líder del vestuario del Shakhtar, Stepanenko (34 años) reconoce que "a veces oímos que el hermano o el padre de alguien ha muerto defendiendo a Ucrania. Por desgracia, la guerra se lleva a los mejores hombres, numerosos soldados y civiles han muerto".
"Donetsk es nuestra casa y es difícil dejar nuestra casa. Es nuestro sueño y vivimos para nuestro sueño", subraya Palkin.
Stepanenko es uno de los últimos jugadores del Shakhtar en haber pisado el césped del Donbass Arena. "Sigo soñando con ello. Es mi sueño y creo que algún día se hará realidad porque es nuestra ciudad, es nuestra casa y seguro que volveremos", dice lleno de esperanza.
P.Gashi--NZN