Diputados franceses rechazan abolir las corridas de toros en un examen inicial
La propuesta para abolir las corridas de toros en toda Francia, que se votará el 24 de noviembre, sufrió este miércoles un revés al inicio de su recorrido parlamentario, que se suma al rechazo avanzado del gobierno en nombre de la "tradición cultural".
Los diputados de la comisión de Leyes rechazaron la propuesta del ponente, el legislador antiespecista Aymeric Caron, quien les había urgido en vano a pronunciarse contra esta "barbaridad". La corrida es "un acto cruel, indigno de nuestra época", aseguró.
Francia no escapa al debate latente en el resto de países con corridas: España, Portugal, Perú, México, Colombia, Ecuador y Venezuela. En junio, un juez mexicano las suspendió de forma indefinida en la Plaza México, la más grande del mundo.
La iniciativa de Caron no es la primera que busca prohibir en Francia las corridas, pero ninguna de las presentadas desde 2004 había prosperado, quedándose en su registro sin llegar a haber un debate parlamentario ni votación al respecto.
Su objetivo es modificar el artículo 521-1 del Código Penal, que castiga el maltrato animal con hasta 5 años de prisión y 75.000 euros de multa (unos 78.000 dólares), pero que permite las corridas en caso de "una tradición local ininterrumpida".
La exención se aplica en el tercio sur de Francia, ya sea en el suroeste próximo a España en torno a las plazas de Bayona, Dax, Mont-de-Marsan y Vic-Fesenzac, o a orillas del Mediterráneo, alrededor de Nimes, Arlés o Béziers.
Caron, para quien se trata de una tradición "española" importada en 1853, busca suprimir esta exención, pero los diputados vaciaron de contenido el único artículo de su texto, al apoyar las enmiendas presentadas por la derecha y ultraderecha.
"Ustedes acaban de enviar una terrible señal a los franceses, diciéndoles que les da igual lo que ellos quieren", lamentó el ponente de la propuesta, para quien el resultado del voto es obra de los grupos de presión procorrida.
- Bienestar animal -
La abolición es un asunto políticamente delicado en Francia, donde, por un lado, la población se dice cada vez más sensible al bienestar animal y, por otro, la influencia y el peso de la caza es también importante.
La izquierda radical y los ecologistas abogan por la abolición, pero sus aliados socialistas y los partidos que apoyan al presidente liberal Emmanuel Macron están divididos. La oposición de la derecha y ultraderecha tampoco es monolítica.
"La corrida forma parte de la cultura y la economía (...) de la región. Por ello, me opongo a la prohibición en territorios de tradición taurina", dijo Macron en abril de 2017, antes de su elección, pese a asegurar ser sensible al "bienestar animal".
El gobierno tiene previsto invocar la "tradición cultural" para oponerse a la propuesta. Su posición la defenderá la secretaria de Estado de Ruralidad, Dominique Faure, y no el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, un conocido amante de la lidia.
Durante el debate parlamentario, todos los grupos expresaron su apego al bienestar animal, pero los representantes de la derecha, ultraderecha y del partido de Macron apuntaron a la "radicalidad" de Caron, reputado activista animalista.
"¿Cuál será la próxima tradición regional que prohibiremos?", dijo la diputada oficialista Marie Lebec. Su par ultraderechista Timothée Houssin opinó que Caron buscaría también prohibir la "caza", la "pesca", el "fuagrás" o los "paseos en poney".
El ponente denunció por su parte una maniobra de "distracción" y un cinismo por parte de los parlamentarios que, en la anterior legislatura, aprobaron poner fin a la participación de los animales salvajes en los circos.
Según una encuesta realizada por Ifop-Fiducial a finales de enero sobre el bienestar animal, un 77% de franceses apoya prohibir las corridas, un porcentaje que progresó desde el 50% registrado en septiembre de 2007.
Otro sondeo con más opciones de Ifop-Fiducial realizado ese mes precisa que un 55% de franceses apoya la "prohibición total", pero en las ciudades taurinas solo un 32% defiende esta medida. En ambos casos, una mayoría se opone a matar al animal (78% y 61%, respectivamente).
En estos últimos territorios, el sábado, están previstas marchas con responsables políticos locales y aficionados para defender esta "cultura viva", antes de la votación final el 24 de noviembre.
S.Scheidegger--NZN