Falta de estibadores cierra dos puertos de California
Dos de los puertos más activos de Estados Unidos cerraron este viernes porque no se presentaron a trabajar suficientes estibadores, anunció un representante del transporte marítimo.
El cierre en el estado de California, oeste del país, forma parte de una larga disputa entre las navieras y el Sindicato Internacional de Estibadores y Depósitos (ILWU, por sus siglas en inglés) centrada en los salarios y la automatización de las funciones.
"La mayor sede local del ILWU en la costa oeste emprendió una acción conjunta para retener la mano de obra en los puertos de Los Ángeles y Long Beach, lo que ha provocado una escasez generalizada de trabajadores", detalló un comunicado de la Asociación Marítima del Pacífico, el grupo que representa a los transportistas.
"Los trabajadores que sí se presentaron a trabajar fueron liberados porque no estaba la plantilla completa de miembros del ILWU para operar las terminales", añadió la nota.
Los transportistas precisaron que la acción del sindicato produjo el cierre "de hecho los puertos de Los Ángeles y Long Beach, la mayor puerta de entrada para el comercio marítimo en Estados Unidos".
Pero el ILWU insistió en que los únicos que no se presentaron a trabajar fueron los que respetaban el viernes santo por práctica religiosa.
"Las operaciones de carga continúan mientras que los operarios de los puertos permanecen en sus puestos de trabajo", indicó el sindicato en una declaración.
Los dos puertos, conocidos como el Complejo Portuario de la Bahía de San Pedro, mueven cada año unos 20 millones de contenedores de mercancías por un valor de más de 300.000 millones de dólares.
El complejo es el noveno mayor puerto del mundo por cuota de mercado, según indican las cifras portuarias, y juega un rol clave para mantener en movimiento las cadenas mundiales de suministro.
Durante la pandemia del covid-19, los puertos de todo el mundo sufrieron atascos, mientras los transportistas se esforzaban por satisfacer la demanda de mercancías, un problema que persistió a medida que los países reabrían sus fronteras y sus comercios.
Los economistas afirman que la lentitud de los envíos atrasados ha contribuido en la inflación que ha dominado en buena parte del mundo en los últimos 18 meses ya que los consumidores demandan productos que no llegan con suficiente rapidez.
A.Ferraro--NZN