Ciudad alemana de Nuremberg contrata a estudiantes para conducir sus tranvías
Benedikt Hanne conducirá tranvías por las calles de Nuremberg para redondear sus fines de mes de estudiante, y ayudar además a paliar la falta de conductores en Alemania.
Concentrado, el joven de 24 años ya maneja el tranvía rojo y blanco con facilidad, bajo la atenta mirada de su instructor.
Este universo está muy lejos de su vida cotidiana de estudiante de una licenciatura para convertirse en trabajador social.
"Es una gran sensación tener todos estos vagones detrás de ti", relata el joven de ojos azules y pelo largo en las vías del centro de formación de la empresa de transporte de Nuremberg (VAG).
Esta administración municipal debe contratar cada año a 160 nuevos conductores -metro, tranvía y autobús combinados-, mientras que el sector de los transportes, como muchas ramas profesionales en Alemania, sufre una grave escasez de mano de obra.
"Solo lograremos el objetivo si aprovechamos todas las posibilidades que existen", afirma Harald Ruben, director de reclutamiento y formación de VAG.
Por lo tanto la administración publicó ofertas de empleo dirigidas a los estudiantes, ofreciendo puestos a tiempo parcial compatibles con el horario universitario.
Nuremberg, en el sur de Alemania, no es la única ciudad que recurre a estos perfiles atípicos.
En Múnich, la capital bávara, la administración de transporte local cuenta con un trabajo estudiantil "genial", que incluso combina con una suscripción gratuita para circular por la ciudad.
En Mannheim, en el oeste del país, se estableció una asociación llamada "Drive and Study" ("Conducir y estudiar") con la universidad local de ciencias aplicadas.
Debido a los problemas de contratación, varias ciudades alemanas se ven obligadas a reducir puntualmente la frecuencia de los transportes locales en circulación.
- Un curso acelerado -
La falta de mano de obra llevó a los empleados del transporte público en todo el país a declararse en huelga en las últimas semanas para subrayar el deterioro de sus condiciones de trabajo.
Muchos operadores de transporte local reportan entre 20% y 30% de vacantes, según el sindicato de transporte Verdi.
En Nuremberg, los estudiantes conductores visten el traje rojo y azul del transportista.
Deben tener al menos 21 años y poseer el permiso de conducir. Siguen un curso acelerado de cuatro semanas durante sus vacaciones universitarias, mientras que una formación "normal" dura casi el doble.
El curso es todos los días, con varias horas de teoría, ejercicios a bordo de un simulador y luego un tranvía real.
Todo complementado con "tareas" en casa.
De las 36 candidaturas recibidas, VAG reclutó a cinco estudiantes, entre ellos a Benedikt Hanne, que nunca se había imaginado como conductor de tranvía.
Después de pasar una prueba de manejo y algunos días en las vías acompañado por un entrenador, se encontrará solo al mando de un tranvía, veinte horas por semana, con un sueldo acorde a la tarifa del ramo.
Y pasar el mismo día de las aulas a la cabina de un tranvía no le asusta.
"Si pudiese elegir, preferiría conducir el tranvía antes de ir a la universidad, para que mi día termine con las clases", cuenta quien antes ejerció numerosos trabajos estudiantiles, como vendedor en una gasolinera.
"Pero también quiero conducir en otros horarios, para ver personas y situaciones diferentes", explica.
Está ansioso por viajar por la ciudad en "su" tranvía.
"Mis compañeros piensan que es un trabajo genial, mi familia también. Seguro que subirán a mi tranvía", afirma.
R.Schmid--NZN