Economista jefe de FMI aconseja subvenciones para atajar la inflación
Frente al clamor social contra el aumento de los precios, los gobiernos deben adoptar medidas inmediatas, incluso subvenciones en el sector energético, siempre que vayan a parar a las personas con pocos recursos, afirma Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI.
"Ya estamos viendo protestas en algunos países donde los precios de los alimentos y los productos básicos suben muy rápidamente", explicó en una entrevista con la AFP, con motivo de las reuniones de primavera boreal del Fondo Monetario Internacional.
"Seguimos de cerca cómo evoluciona" la situación, agregó el economista francés, después de que miles de personas se manifestaran recientemente en Argentina, Perú, Grecia o Francia.
El FMI, que publicó este martes sus nuevas previsiones económicas globales, cree que la alta inflación durará. El organismo espera una inflación del 5,7% este año para los países desarrollados (+1,8 puntos) y del 8,7% (+2,8 puntos) para las economías emergentes y en desarrollo.
La invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero y la batería de sanciones contra Moscú han agravado la subida de precios que comenzó el año pasado por problemas logísticos vinculados a la pandemia.
Ucrania y Rusia son los principales proveedores de cereales para muchos países y además los rusos exportan una parte importante de la energía que consume Europa.
El Fondo suele oponerse a los subsidios, principalmente en el sector energético, y algunos manifestantes le culpan de las medidas de austeridad impuestas por los gobiernos a cambio de préstamos.
Pero ante la inflación récord, el organismo recomienda "tomar medidas específicas para ayudar a las poblaciones vulnerables", explica Gourinchas.
"Esto puede tomar la forma de reducir las facturas de servicios públicos o la transferencia de efectivo a los hogares de bajos ingresos", dijo, insistiendo en que estas ayudas directas deben asignarse sin demora porque la pobreza aumenta.
- "Transparentes y temporales" -
"En países que carecen de la infraestructura necesaria, esto puede tomar la forma de subvenciones a los precios de la energía, siempre que sean claras, transparentes y temporales para que no afecten al presupuesto por mucho tiempo", añadió.
Para los países de bajos ingresos con un margen de maniobra presupuestario "muy limitado" y altos niveles de endeudamiento, podría decirse que la asistencia externa del FMI y otras organizaciones internacionales es ineludible.
La urgencia es tal que se necesita "rápidamente un esfuerzo coordinado para poner recursos a disposición de estos países", estima Gourinchas.
Al mismo tiempo, los bancos centrales deben actuar enérgicamente, aunque un aumento de las tasas de interés -para contener la escalada de precios- debilite aún más a los países pobres endeudados.
Para las naciones cuya deuda "simplemente no es viable", existe una urgente necesidad de reestructuración, sostuvo Gourinchas, recordando que existe un marco para estos procedimientos.
El G20 estableció hace más de un año un "marco común" que "se supone que debe reunir a los acreedores del sector público del Club de París, pero también a otros acreedores de países como China o India", dijo.
Llamó a "reunirlos en torno a la mesa de diálogo", para encontrar una forma rápida de reducir el peso de la deuda.
"Es un proceso complicado" y hasta ahora este marco no ha tenido éxito con solo tres países africanos -Chad, Zambia y Etiopía- que lo han solicitado sin que diera resultado", reconoció.
Y "existen razones objetivas" para que el proceso sea lento, comentó, y citó en particular la falta de transparencia sobre los montos de la deuda con China. "Pero eso no significa que no debamos hacerlo mejor".
Además, "a los acreedores les interesa encontrar una solución rápida" y evitar una crisis de deuda, agregó.
Pierre-Olivier Gourinchas, quien sustituye en el cargo a Gita Gopinath desde que fue nombrada número dos del organismo, espera que la reunión del G20 del miércoles se centre en la inseguridad alimentaria y la deuda.
T.L.Marti--NZN