El Banco Central Europeo debe, en principio, mantener sin cambios los tipos de interés
El Banco Central Europeo (BCE) debe en principio este jueves mantener sin cambios los tipos de interés, a la espera de unas cifras de inflación tranquilizadoras que abrirían la puerta a un nuevo recorte en septiembre.
En junio, el BCE recortó los tipos de interés en 0,25 puntos porcentuales, la primera baja desde 2019, después de que el emisor del euro iniciara a mediados de 2022 un ciclo de alzas sin precedentes para contener el aumento descontrolado de los precios, en particular de la energía y los alimentos.
El consenso de los analistas es que la institución con sede en Fráncfort mantenga las tasas de depósitos en 3,75%.
Con la reducción de junio, el BCE quiso enviar la señal de que se terminaría el ciclo de estrechez monetaria iniciada en julio de 2022.
Pero la institución advirtió entonces que la situación permanecía incierta dada la volatilidad de la inflación.
Las declaraciones de la presidenta del BCE, la francesa Christine Lagarde, en conferencia de prensa a partir de las 14H15 (12H15 GMT), serán analizadas este jueves con lupa en lo concerniente a la evolución de la economía y la inflación.
En un contexto de continuas tensiones geopolíticas e incertidumbre política en Francia, "el principal objetivo, si no el único", de la reunión de política monetaria será "comenzar el período vacacional sin sobresaltos", señaló Carsten Brzeski, de ING.
Los inversionistas se tranquilizaron con la reciente intervención del presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Jerome Powell, quien se mostró animado con la desaceleración inflacionaria en junio, reforzando las expectativas de una baja de intereses en septiembre.
El banco "parece confiar que la inflación volverá a su meta (de 2%) antes de fines de 2025", señaló Mark Wall, economista de Deutsche Bank.
Pero "necesita estar más convencido de que la inflación y el aumento de salarios se están invirtiendo antes de reducir nuevamente las tasas".
- Precio de los servicios -
Por lo tanto, el jueves no habrá un "anuncio anticipado de un recorte en septiembre", sino el mensaje reiterado de que las próximas decisiones "dependerán de los datos", según Felix Schmidt, de Berenberg.
Desde la reunión anterior del BCE, los indicadores apuntan a un crecimiento más débil y una inflación nuevamente en retroceso, a 2,5% interanual en junio desde 2,6% en mayo.
Sin embargo, la inflación ajustada por la volatilidad de los precios de la energía y la alimentación se mantuvo estable en 2,9%.
Los precios de los servicios, en los que el componente de salarios es fuerte, preocupan por su vigor (4,1% interanual en junio) y representan la mayor contribución a la inflación.
Sin embargo, esos datos en conjunto inclinan la balanza "a favor de una reducción (de tasas) en septiembre, cuando el BCE presentará nuevas estimaciones de crecimiento e inflación", según Felix Schmidt.
- Foco en Francia -
Lagarde deberá prepararse para un aluvión de preguntas sobre Francia, donde los diferentes campos políticos intentan conformar una coalición tras las elecciones legislativas.
Francia deberá actuar rápidamente en su "trayectoria presupuestaria" si quiere "restablecer el margen de maniobra", señaló el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas.
La incertidumbre política en Francia podría generar presión sobre los rendimientos de los bonos franceses, lo que podría llevar a una intervención del BCE.
Se espera que Lagarde, sumamente prudente en este tema, reafirme que el BCE está "atento a lo que ocurre en los mercados" y que "los Estados miembros de la zona euro acordaron un marco presupuestario que se espera que cumplan", según Deutsche Bank.
A.Senn--NZN