La erosión costera amenaza a las playas turísticas de Túnez
Excavadoras nivelan montículos de arena blanca para restaurar una playa en peligro en Hammamet, uno de los principales destinos turísticos de Túnez, donde la erosión avanza aceleradamente por la urbanización desordenada y el cambio climático.
"Esta playa es la imagen de postal de Hammamet", señaló el ambientalista Chiheb Ben Fredj, de la Asociación de Educación Relativa al Medio Ambiente (AERE), mirando con nostalgia a la icónica playa de Yasmine.
"Está grabada en nuestras mentes desde la infancia", agregó mientras los trabajadores restauran el litoral central de Túnez.
Al igual que muchas otras zonas costeras del norte de África, en los últimos años la erosión severa hizo desaparecer muchas playas arenosas de Hammamet, afectando la imagen de este destino turístico situado a 65 km al este de Túnez, la capital.
Los litorales de todo el mundo están en un constante flujo natural debido a que los mares arrastran y depositan sedimentos.
Pero la actividad humana, incluido el desarrollo de propiedades costeras, y la extracción de arena aceleran fuertemente la erosión de las playas.
La construcción y las barreras costeras en una zona pueden impedir que el sedimento se mueva por el litoral, dejando a otras playas desprovistas de material nuevo.
Pero los estudios han revelado que los impactos del cambio climático, como el aumento de las temperaturas y del nivel marino, exacerban este fenómeno.
- Atracción turística -
Los litorales están cambiando rápidamente en el Mediterráneo, donde del Centro Oceanográfico Nacional británico dice que los niveles del mar han subido más los últimos 20 años que en todo el siglo XX.
El mar también se está calentando 20% más rápido que el resto del mundo, según la ONU.
La costa de Túnez ha sido una fuente de ingresos para el país, que enfrenta dificultades económicas y que este año espera recibir unos 10 millones de turistas.
El turismo representa cerca de 14% del PIB tunecino y genera decenas de miles de empleos, en un país donde la tasa de paro supera el 16% y alcanza 40% entre los jóvenes.
Túnez ha perdido más de 90 kilómetros de playas por la erosión, según cifras oficiales del año pasado.
De los 570 km de playas aptas para nadar en el país, 190 km están en peligro de desaparecer, según informes locales.
La mayoría de las playas más golpeadas por la erosión están cerca de las ciudades.
Grupos ambientalistas de Túnez, además de la gubernamental Agencia de Protección y Desarrollo Costero (APAL), atribuyen la erosión acelerada principalmente a la actividad humana y la construcción en el litoral, y señalan que el cambio climático lo ha agravado.
"Los proyectos de construcción no fueron diseñados para respetar las dinámicas costeras", dijo a AFP un funcionario de APAL.
- No sustentable -
Para salvar las playas de Hammamet, entre las más afectadas de Túnez según el Banco Mundial, las autoridades comenzaron en junio a llevar unos 750 camiones cargados de arena de la provincia desértica de Kairouan, a unos 110 km de distancia.
APAL, adscrita al Ministerio del Medio Ambiente, corre contra el tiempo para rellenar las playas antes de la temporada turística.
Sin embargo, el ambientalista Ben Fredj advierte que el rellenado de las playas es una solución rápida, pero "no una solución sustentable".
Esta arena no va a durar mucho tiempo", agregó el secretario general de la Asociación de Educación Ambiental
"Puede ser devorada en pocos días en caso de una tormenta", indicó, como ocurrió en el verano boreal de 2023.
Además, puede resultar costoso.
Las autoridades costeras calculan que el costo de restaurar la arena en tres playas de Hammamet, Monastir y Sfax es de 3,9 millones de dinares tunecinos (1,25 millones de dólares).
Aún así, los pobladores locales consideran que vale la pena restaurar su costa.
La playa Yasmine "es una vitrina para Hammamet", señaló Narjess Bouasker, directora de la federación regional de hoteles.
"Tenemos que retomar nuestra playa que el mar se ha tragado", declaró, al pedir un equilibrio entre la protección del paisaje, celebrado por visitantes locales y extranjeros, y el combate a la erosión costera.
"Para nosotros la prioridad es no tocar la belleza de la ciudad", afirmó.
Bouasker nota cada vez más preocupación entre las autoridades, pero rellenar las playas con arena sigue siendo una apuesta.
"No sabemos cómo va a reaccionar el mar", agregó.
S.Scheidegger--NZN