La Finul exige "explicaciones" por acciones de Israel contra cascos azules
La fuerza de paz de la ONU en Líbano (Finul) exigió el domingo "explicaciones" al ejército israelí por irrumpir en una de sus posiciones, después de que Israel le instase a retirar los cascos azules de la frontera donde el Estado hebreo libra encarnizados combates con Hezbolá.
La Finul señaló que dos tanques israelíes "destruyeron la puerta principal" y "entraron por la fuerza" en una de sus posiciones cerca de la frontera y permanecieron allí "unos 45 minutos".
También denunció que disparos israelíes en el lugar generaron una "humareda" que provocó "irritaciones cutáneas y reacciones gastrointestinales en 15 cascos azules".
La Finul señaló además que el sábado "soldados israelíes bloquearon un movimiento logístico crucial" de los cascos azules cerca de Meis el Jabal y denunció "escandalosas violaciones" a las normas internacionales.
Poco antes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, exhortó al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a poner "fuera de peligro" a las fuerzas de la Finul, que ya hab´ñian acusado el jueves al ejército israelí de disparos "repetidos" y "deliberados" en su contra.
Naciones Unidas, con la cual Israel mantiene pésimas relaciones, alzó la voz en momentos en que Israel intensifica los bombardeos en Líbano y libra cruentos combates terrestres contra Hezbolá.
El movimiento islamista proiraní afirmó que sus milicianos libraban combates "con armas automáticas" y "cohetes" contra las fuerzas israelíes en al menos cuatro aldeas fronterizas con Israel.
Hezbolá abrió un frente en la frontera norte de Israel el 8 de octubre de 2023, en apoyo a sus aliados de Hamás, que el día anterior había lanzado una letal incursión en el sur de Israel, que dio origen a la guerra en Gaza.
Israel intensificó la campaña militar contra la milicia proiraní el 23 de septiembre y una semana después inició incursiones terrestres en Líbano.
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El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, aseguró que su país impedirá que los milicianos del Hezbolá regresen a posiciones de combate en la frontera, incluso cuando las tropas israelíes se hayan replegado de Líbano.
Las autoridades israelíes afirman que el objetivo de la ofensiva es alejar a la formación islamista de las zonas fronterizas y permitir el regreso de unos 60.000 israelíes desplazados por los disparos de cohetes del grupo chiita.
Tanto la guerra en Gaza como el conflicto en Líbano han ido acompañados de una escalada entre Israel e Irán, que lanzó cerca de 200 misiles contra su archienemigo el 1 de octubre.
Los dirigentes israelíes amenazan con responder al ataque, que según la República Islámica fue en respuesta a las muertes del jefe del Hezbolá libanés, Hasán Nasralá, y del jefe de Hamás, Ismail Haniyeh.
El primero murió en un bombardeo israelí el 27 de septiembre en Beirut, la capital libanesa. El segundo fue abatido en una explosión atribuida a Israel el 31 de julio en Teherán.
El canciller iraní, Abás Araghchi, afirmó el domingo en Bagdad que su país está "totalmente preparado para una situación de guerra", aunque reiteró que su gobierno quiere "la paz".
Ante las amenazas de Irán, Estados Unidos anunció el despliegue de un sistema de defensa antimisiles de gran altitud THAAD en Israel.
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Israel fue blanco de críticas internacionales el viernes después de que la Finul acusara al ejército de haber disparado "de manera reiterada" y "deliberada" contra sus posiciones.
Cinco cascos azules resultaron heridos en 48 horas, según la fuerza de paz. Israel aseguró que disparó en dirección a una "amenaza".
"Lamentamos que los soldados de la Finul hayan resultado heridos", declaró Netanyahu el domingo. "Pero la manera más sencilla y evidente" de garantizarlo que cosas así no ocurran "es simplemente sacándolos de la zona de peligro", afirmó.
Netanyahu desafió las críticas internacionales y subrayó que el ejército israelí había pedido "en repetidas ocasiones" la retirada de la Finul de las zonas de combate.
"Su rechazo a evacuar a los soldados de la Finul los convierte en rehenes de Hezbolá", le dijo al secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
El reclamo de Netanyahu es "un nuevo capítulo en la actitud del enemigo de no respetar las normas internacionales", denunció el primer ministro libanés, Najib Mikati.
El papa Francisco pidió "respetar" a la fuerza de la ONU.
Desde hace un año, más de 2.100 personas han muerto en Líbano por el conflicto entre Hezbolá e Israel, unas 1.200 de ellas desde el 23 de septiembre, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales. Según la ONU, hay cerca de 700.000 desplazados internos.
El ejército israelí bombardeó el sábado un mercado de la ciudad de Nabatieh, en el sur de Líbano, según la agencia oficial de noticias libanesa ANI.
El ataque dejó ocho heridos, según cifras provisorias del ministerio de Salud libanés.
Los rescatistas seguían trabajando entre columnas de humo y montañas de escombros. "Es como si un terremoto hubiese devastado el mercado", dijo un habitante, Tareq Sadaqa, a AFP.
La Cruz Roja libanesa reportó por su parte que varios de sus socorristas resultaron heridos el domingo en un bombardeo contra una casa en el sur.
Tras más de un año de combates, Israel continúa su ofensiva en Gaza, gobernada por Hamás.
El ejército bombardea principalmente la región de Jabaliya, en el norte, donde acusa a Hamás de reorganizar sus fuerzas.
En su ataque del 7 de octubre de 2023 en suelo israelí, los milicianos de Hamás mataro a 1.206 personas, la mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes y que incluye a los rehenes muertos o asesinados en cautiverio en Gaza.
Al menos 42.227 palestinos, mayoritariamente civiles, han muerto en la ofensiva israelí en el territorio, según datos del ministerio de Salud gazatí, que la ONU considera fiables.
H.Roth--NZN