El presidente Asad abandona Siria y rebeldes anuncian una "nueva era" para el país
Los rebeldes que lanzaron una ofensiva relámpago en Siria ingresaron el domingo a la capital Damasco y afirmaron que el presidente Bashar al Asad huyó del país, donde anunciaron "el inicio de una nueva era para Siria".
"El tirano Bashar al Asad ha huido" y "declaramos a la ciudad de Damasco libre", expresó en Telegram el movimiento rebelde Hayat Tahrir al Sham (HTS), que llamó a los ciudadanos en el exterior a regresar a una "Siria Libre.
Agregaron que "después de 50 años de opresión bajo el mando del (partido) Baaz y 13 años de crímenes y desplazamiento forzado (...) anunciamos hoy el fin de este período oscuro y el inicio de una nueva era para Siria".
En tanto, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), que monitorea el conflicto, también aseguró que el presidente Asad había abandonado el país en medio del avance de las fuerzas rebeldes.
"Asad salió de Siria por el Aeropuerto Internacional de Damasco antes de que las fuerzas de seguridad" abandonaran el sitio, dijo el director del observatorio, Rami Abdel Rahman.
La AFP inicialmente no pudo confirmar independientemente la versión.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sigue de cerca los "eventos extraordinarios" que tienen lugar en Siria, informó la Casa Blanca a última hora del sábado.
- Cooperar con nuevos dirigentes -
El ejército sirio y las fuerzas de seguridad, que previamente dijeron haber establecido un cerco inquebrantable en Damasco, abandonaron el aeropuerto internacional de la capital, según el OSDH.
En medio de la incertidumbre, el primer ministro Mohamed al Jalali declaró el domingo estar dispuesto a cooperar con la dirigencia que elija el pueblo sirio.
El líder del HTS, Mohamed Al Jolani, ordenó a las fuerzas rebeldes no acercarse a las instituciones gubernamentales de la capital, que permanecerían bajo el control del primer ministro hasta ser "oficialmente" transferidas.
La irrupción de las facciones rebeldes en Damasco ocurrió horas después de que tomaran la ciudad de Homs y unas tres ciudades más, dejó al HTS a las puertas de Damasco, un bastión clave del clan Asad, que ha gobernado Siria en las últimas cinco décadas.
Los rebeldes liderados por islamistas iniciaron su fulgurante ofensiva el 27 de noviembre, y tomaron la capital en un vuelco inesperado de la guerra civil que se inició en 2011.
Al llegar a Damasco, los rebeldes ingresaron a la cárcel de Sednaya, un centro de represión del régimen de Asad, donde abrieron las puertas para soltar a miles de presos.
El gobierno de Asad contó durante años con el respaldo del Hezbolá libanés, cuyas fuerzas se retiraron de Damasco, según una fuente citada por el observatorio.
Antes de la toma de la capital, el ministro del Interior, Mohamed al Rahmun, había asegurado que Damasco contaba con un "cordón militar y de seguridad muy fuerte" que "nadie puede penetrar".
El ejército sirio declaró que estaba reforzando sus posiciones alrededor de Damasco, pero también en el sur y en las zonas centrales de Hama y Homs.
Habitantes de la capital describieron escenas de pánico en Damasco, con personas precipitándose para retirar dinero o comprar alimentos. "La situación no estaba así cuando salí esta mañana. De repente todo el mundo empezó a tener miedo", señaló Rania, uno de ellos.
A unos kilómetros, el ambiente era totalmente distinto. En un suburbio de Damasco, manifestantes derribaron una estatua de Hafaz al Asad, el difunto padre del mandatario saliente, según testigos.
- Escenas de liberación -
Imágenes de AFPTV grabadas en Hama mostraron tanques y vehículos blindados abandonados, uno de ellos en llamas.
Kharfan Mansour, un poblador de esta ciudad, dijo que estaba "feliz por la liberación de Hama y la liberación de Siria del régimen de Asad".
Bashar al Asad asumió el poder en el año 2000, sucediendo a su padre, que tenía las riendas del país desde 1971.
El organismo con sede en Reino Unido indicó que las fuerzas gubernamentales perdieron el control de la provincia de Daraa, en el sur del país y cuna del levantamiento de 2011.
También señaló que las tropas evacuaron posiciones en Quneitra, cerca de los Altos del Golán anexionados por Israel.
Una fuente de seguridad iraquí dijo a la AFP que Bagdad permitió la entrada de cientos de soldados sirios, que "huyeron del frente" a través del paso fronterizo de Al Qaim. Una segunda fuente estimó la cifra en 2.000 soldados, incluidos oficiales.
Al menos 826 personas, incluidos más de 100 civiles, murieron desde el inicio de la ofensiva el 27 de noviembre, según el OSDH.
La ONU, a su vez, reporta 370.000 desplazados en este mismo periodo.
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, pidió "evitar un baño de sangre" y "proteger a los civiles conforme al derecho humanitario internacional".
Las fuerzas de Asad, que contaba con un importante respaldo militar de Rusia e Irán, nunca habían perdido tantas ciudades en tan poco tiempo desde el estallido en 2011 de la guerra civil, que dejó más de 500.000 muertos.
El conflicto dividió al país en zonas de influencia apoyadas por potencias extranjeras.
Rusia, principal aliado del régimen, había instado a sus ciudadanos a abandonar el país, al igual que Estados Unidos y Jordania.
El apoyo militar ruso, crucial para el régimen en 2015, se redujo debido a la guerra en Ucrania, mientras Irán y el movimiento islamista libanés Hezbolá, debilitado por el conflicto con Israel, han enviado refuerzos limitados.
S.Scheidegger--NZN