Lula da Silva, un casi octogenario que no se cansa del poder
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de 79 años, se acerca a la segunda mitad de su mandato con problemas de salud, lo que genera incertidumbre sobre un posible intento de presentarse en las próximas elecciones.
Lula fue operado de urgencia este martes por una hemorragia dentro del cráneo, derivada de un accidente doméstico que sufrió dos meses antes.
Aunque salió "estable" y "sin secuelas" de la cirugía, el problema médico del mandatario puso sobre el tapete la cuestión del relevo en la izquierda, sin claras figuras para sucederlo eventualmente en los comicios de 2026.
Lula dijo en noviembre que si "no hay otro candidato" él estará "listo" para concurrir, aunque espera que "no sea necesario" y haya una "gran renovación política".
El mandatario regresó en 2023 por tercera vez al poder, que había dejado con una popularidad récord antes de que un escándalo de corrupción lo enviara a la cárcel.
En las elecciones de octubre de 2022 se impuso por poco (50,9% a 49,1%) al entonces mandatario saliente, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Tras su paso por prisión y anuladas sus condenas, que muchos habían interpretado como su fin, Lula, ícono de la izquierda brasileña y latinoamericana, volvió a la primera línea de la política.
De 2003 a 2010 ya había gobernado la mayor potencia de América Latina, dejando el cargo con una aprobación de 87%.
El exlíder sindicalista fue elogiado por administrar una bonanza del precio de las materias primas que permitió sacar a millones de brasileños de la pobreza.
- Amado y odiado -
Pero luego, la suerte cambió para el otrora niño lustrabotas.
Condenado por corrupción en el "Lava Jato", el mayor escándalo político en la historia del país, estuvo preso 580 días, de abril de 2018 a noviembre de 2019.
La máxima figura del Partido de los Trabajadores (PT) sostuvo que fue víctima de una venganza política que permitió el triunfo de Bolsonaro en las elecciones de 2018, cuando él era gran favorito.
Pero las nubes de su vida política empezaron a disiparse en marzo de 2021. La corte suprema anuló sus condenas y le restituyó sus derechos políticos.
En 2022, doce años después de salir del poder, este orador de voz rasposa que ya ha sufrido un cáncer de laringe en 2011 llevó adelante su sexta campaña presidencial, la tercera exitosa.
Anunció al mundo que Brasil estaba "de vuelta" en la escena internacional, especialmente con sus compromisos medioambientales, y prometió unir a sus ciudadanos, tras un crispado mandato de Bolsonaro que había polarizado todavía más a la sociedad.
Lula siempre ha sido muy popular en las regiones más pobres del nordeste, donde persiste la memoria de sus programas de ayuda, aunque también odiado por una parte de los brasileños, para quienes representa sobre todo el estigma de la corrupción.
- Eterno candidato -
Pocas vueltas de esa montaña rusa sin parangón estaban anunciadas en sus orígenes.
Séptimo hijo de un matrimonio de campesinos analfabetos, Luiz Inácio Lula da Silva nació el 27 de octubre de 1945 en el estado de Pernambuco, nordeste de Brasil.
Su padre los abandonó antes de que la familia emigrara a la industrializada metrópoli de Sao Paulo.
Tornero desde los 14 años, oficio que lo dejó sin el meñique izquierdo al manipular una máquina, comandó al final de la década de 1970, al frente del sindicato de los metalúrgicos, una histórica huelga que desafió a la dictadura militar (1964-1985).
En las décadas siguientes monopolizó el liderazgo de la izquierda brasileña.
Primer mandatario brasileño salido de la clase obrera, llevó adelante ambiciosos programas sociales financiados por los millonarios ingresos de las materias primas.
También reposicionó la imagen de Brasil en el mundo, erigiéndose como un líder del Sur Global e interlocutor al mismo tiempo de las grandes potencias.
Viudo de Marisa Leticia Rocco, primera dama durante sus dos primeros gobiernos, y padre de cinco hijos, se volvió a casar en 2022 con Rosangela da Silva, "Janja", una socióloga y activista del PT, 21 años más joven que él.
Desde entonces repite que tiene "la energía de un hombre de 30 y las ganas de uno de 20".
W.Odermatt--NZN