Dispensarios de Níger carecen de médicos, vendajes e incluso electricidad
Cuando le preguntan que pondría en su lista de deseos para su diminuto dispensario, Tchimaden Tafa enumera una larga retahíla de cosas, pero ni siquiera termina porque llega otro paciente en busca de ayuda.
En Souloufeta, una aldea en las remotas montañas de Air en el norte de Níger, el servicio médico se brinda en esta precaria construcción atendida por una enfermera, desbordada y mal equipada.
El dispensario de Tafa es una estructura de cemento de dos habitaciones rodeada de alambre de púas para impedir que camellos y cabras entren.
Un cuarto es para examinar pacientes, el otro sirve de almacén.
No hay material médico en ninguna de las habitaciones. No hay nevera, ni siquiera iluminación porque no hay electricidad. Tafa debe examinar a sus pacientes con la puerta abierta para que entre la luz solar.
A veces "lo único que puedes hacer es mirarlos y observarlos", lamenta la joven. "¿Qué vas a hacer?".
- Pobreza -
Níger, una excolonia francesa en el centro del árido Sahel, es el país más pobre del mundo, según el Índice de Desarrollo Humano.
Su población, la de más rápido crecimiento en el mundo, tiene un PIB per cápita de menos de 600 dólares por año, comparado con los 70.000 dólares en Estados Unidos, según el Banco Mundial.
Souloufeta tiene un centenar de habitantes radicados en una quincena de casas de barro.
Se ubica a siete kilómetros de Iferouane, donde hay un centro médico más grande, pero en esta zona montañosa del Sáhara, esos pocos kilómetros son largos y extenuantes.
Las carreteras pueden quedar inundadas en la temporada lluviosa, dice Azori Lahou, quien conduce una ambulancia de doble tracción.
Traslada pacientes a Iferouane y, de ser necesario, a los hospitales más cercanos en Arlit y Agadez, que están, respectivamente, a cinco y nueve horas de distancia por rutas desérticas. "Y esto si el día es bueno", añade Lahou.
En esta vasta región, tan grande como Francia, hay una sola carretera pavimentada. Fue construida años atrás por una minera francesa de uranio, pero ha quedado erosionada por el viento, la arena y los camiones.
- Motocicletas -
El médico jefe de Iferouane, Ada Daouda, uno de los dos galenos de la zona, comentó que su principal preocupación es darle a los pacientes enfermos condiciones de transporte que les permitan hacer el largo recorrido al hospital.
"Alguien cuyos signos vitales están en peligro y debe esperar horas para ser atendido --se puede imaginar lo que será" el viaje, comenta.
"Díganles que necesitamos recursos", agrega, reiterando lo que otras autoridades regionales de salud ya han comentado a la AFP.
Níger tiene apenas 0,35 médicos por 10.000 personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En comparación, en Suecia hay 70 galenos por 10.000 habitantes.
Los enfermos son trasladados a menudo de Souloufeta a Iferouane en el asiento trasero de una motocicleta, un medio más barato y resistente que una ambulancia, pese a los riesgos evidentes, dice Tafa.
El comité de salud de la aldea propuso que los pobladores locales aporten 1.000 francos CFA (1,5 dólares) mensuales para comprar medicamentos para la clínica.
Moussa Ibrahim, un jardinero que preside el comité, dice que sabe que esa suma es mucho menos de lo que se necesita.
"La gente es pobre y no todos pueden contribuir pero hacen lo que pueden", declara.
L.Muratori--NZN