Zürcher Nachrichten - DOGE: Fracaso en recortar gasto

EUR -
AED 4.169769
AFN 81.737408
ALL 99.078491
AMD 443.813913
ANG 2.046046
AOA 1035.3463
ARS 1291.923397
AUD 1.776498
AWG 2.043446
AZN 1.935586
BAM 1.953404
BBD 2.290791
BDT 137.85094
BGN 1.95553
BHD 0.427841
BIF 3326.275877
BMD 1.135248
BND 1.489526
BOB 7.840661
BRL 6.594204
BSD 1.134609
BTN 96.85322
BWP 15.638821
BYN 3.713177
BYR 22250.855693
BZD 2.279005
CAD 1.570292
CDF 3266.107891
CHF 0.932169
CLF 0.028612
CLP 1097.965951
CNY 8.286284
CNH 8.290096
COP 4892.917757
CRC 570.200709
CUC 1.135248
CUP 30.084065
CVE 110.575263
CZK 25.053792
DJF 201.755869
DKK 7.466899
DOP 68.691596
DZD 150.589524
EGP 58.055674
ERN 17.028716
ETB 151.014796
FJD 2.593189
FKP 0.857091
GBP 0.856107
GEL 3.110845
GGP 0.857091
GHS 17.56208
GIP 0.857091
GMD 82.003901
GNF 9825.89524
GTQ 8.742993
GYD 237.317161
HKD 8.813683
HNL 29.422137
HRK 7.535323
HTG 148.087149
HUF 406.599097
IDR 19082.725668
ILS 4.172268
IMP 0.857091
INR 97.189991
IQD 1486.140139
IRR 47804.401781
ISK 144.728732
JEP 0.857091
JMD 179.255799
JOD 0.804881
JPY 161.91473
KES 147.157576
KGS 99.310675
KHR 4544.378359
KMF 490.67133
KPW 1021.750938
KRW 1607.103855
KWD 0.348103
KYD 0.940996
KZT 595.073508
LAK 24572.937456
LBP 101628.255046
LKR 338.594418
LRD 227.010387
LSL 21.344691
LTL 3.352091
LVL 0.6867
LYD 6.311804
MAD 10.528844
MDL 20.108258
MGA 5162.168889
MKD 61.45277
MMK 2383.039861
MNT 4026.5369
MOP 9.07523
MRU 44.895075
MUR 51.266903
MVR 17.537783
MWK 1967.448087
MXN 22.369841
MYR 5.005992
MZN 72.535927
NAD 21.344691
NGN 1823.18633
NIO 41.766405
NOK 11.906972
NPR 155.576878
NZD 1.90041
OMR 0.437039
PAB 1.135248
PEN 4.237417
PGK 4.691681
PHP 64.222853
PKR 318.293354
PLN 4.270135
PYG 9085.587779
QAR 4.132066
RON 4.964879
RSD 116.941311
RUB 94.225249
RWF 1610.344589
SAR 4.256885
SBD 9.649427
SCR 16.351913
SDG 681.748436
SEK 10.934809
SGD 1.488343
SHP 0.892126
SLE 25.826575
SLL 23805.559038
SOS 647.540477
SRD 41.637412
STD 23497.33615
SVC 9.933381
SYP 14759.960852
SZL 21.344691
THB 37.572626
TJS 12.258216
TMT 3.971968
TND 3.396502
TOP 2.734151
TRY 43.16541
TTD 7.703089
TWD 36.817081
TZS 3047.614703
UAH 46.900829
UGX 4160.668157
USD 1.135248
UYU 47.604751
UZS 14715.920657
VES 89.007716
VND 29348.445988
VUV 139.126472
WST 3.171594
XAF 654.22844
XAG 0.034926
XAU 0.000342
XCD 3.073163
XDR 0.837308
XOF 654.22844
XPF 119.331742
YER 278.547838
ZAR 21.360657
ZMK 10218.588496
ZMW 32.24659
ZWL 365.549309

DOGE: Fracaso en recortar gasto




El Departamento de Gasto Eficiente del Gobierno (DOGE), una iniciativa lanzada en 2024 bajo la administración de Donald Trump, prometía revolucionar la gestión fiscal de Estados Unidos recortando gastos innecesarios y optimizando el presupuesto federal. Sin embargo, a más de un año de su creación, DOGE ha sido catalogado como un rotundo fracaso, incapaz de cumplir sus ambiciosos objetivos y generando más críticas que resultados concretos. Este artículo analiza las razones detrás de su ineficacia y el impacto de su desempeño en la economía estadounidense.

DOGE, liderado inicialmente por figuras como Elon Musk y Vivek Ramaswamy, se presentó con la misión de identificar y eliminar gastos federales superfluos, reducir la burocracia y mejorar la eficiencia del gobierno. La propuesta resonó entre quienes abogaban por un gobierno más austero, especialmente tras años de déficits fiscales crecientes. Se estimaba que el gobierno federal gastaría 6.8 billones de dólares en 2024, con un déficit proyectado de 1.9 billones. DOGE prometía ahorros significativos, con metas iniciales de recortar al menos 2 billones en una década.

Sin embargo, los resultados han sido decepcionantes. Hasta abril de 2025, los recortes verificables atribuidos a DOGE apenas alcanzan los 100 mil millones de dólares, una fracción de lo prometido, y muchos de estos ahorros provienen de ajustes ya planificados antes de su creación. Programas sociales, infraestructura y defensa, que representan la mayor parte del presupuesto, han resultado intocables debido a presiones políticas y necesidades prácticas. Por ejemplo, intentos de reducir fondos para Medicare o el Departamento de Defensa enfrentaron fuerte oposición en el Congreso, limitando el margen de acción de DOGE.

La estructura de DOGE también ha sido un obstáculo. Diseñado como un organismo consultivo sin autoridad ejecutiva directa, depende de la aprobación de otras agencias y del Congreso para implementar cambios. Esta falta de poder real ha frustrado sus esfuerzos, dejando muchas recomendaciones en el limbo. Además, la rotación de personal clave, incluidas las salidas de algunos asesores prominentes, ha mermado su capacidad operativa. La complejidad del presupuesto federal, con miles de partidas entrelazadas, ha demostrado ser un desafío mayor de lo anticipado.

Otro factor crítico es la percepción pública. DOGE fue promocionado como una solución audaz, pero su incapacidad para generar ahorros visibles ha alimentado el escepticismo. Encuestas recientes muestran que solo el 22% de los estadounidenses cree que DOGE ha tenido un impacto positivo, mientras que el 60% lo considera ineficaz. La retórica inicial, que prometía recortes drásticos sin afectar servicios esenciales, resultó insostenible, erosionando la confianza. Las críticas también señalan que DOGE ha desviado atención de reformas fiscales más amplias, como la simplificación del código tributario o el aumento de ingresos.

El contexto económico no ha ayudado. Con una inflación que, aunque moderada en 2025 (alrededor del 2.5%), sigue presionando los costos, y un crecimiento del PIB proyectado en un modesto 1.8%, los márgenes para recortes agresivos son limitados. La deuda nacional, que supera los 34 billones de dólares, exige soluciones integrales más allá de la reducción de gastos. DOGE, sin una estrategia clara para abordar el lado de los ingresos, como impuestos o crecimiento económico, ha quedado atrapado en un enfoque unilateral.

El impacto de DOGE en la política fiscal ha sido mínimo, pero sus consecuencias políticas son notables. La percepción de fracaso ha debilitado la narrativa de eficiencia gubernamental promovida por sus defensores, afectando la credibilidad de iniciativas similares. Algunos analistas argumentan que DOGE podría haber funcionado mejor como una comisión temporal con metas específicas, en lugar de una entidad permanente con expectativas infladas.

Mirando hacia adelante, el futuro de DOGE es incierto. Sin ajustes significativos en su mandato o estructura, es improbable que cumpla sus promesas originales. La experiencia subraya una lección clave: recortar el gasto federal requiere no solo voluntad política, sino también un enfoque práctico y coordinado que DOGE no ha logrado implementar. Mientras el déficit sigue creciendo, Estados Unidos necesita soluciones más robustas para garantizar la sostenibilidad fiscal.